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lunes, 15 de abril de 2013

Minería: Mujeres conquistan América Latina


La presencia femenina en la minería hasta hace unos años era impensable. Hoy en países como Chile están ayudando a suplir el déficit de mano de obra.
“En el pasado, al menos en las minas subterráneas, había prohibición para las mujeres” recuerda Wolfgang Traud, académico de la prestigiosa Universidad Técnica TFH Georg Agricola, de larga tradición en carreras relacionadas con minería. Ya sea por la exigencia física, la imagen de una actividad dura y sucia, razones culturales o mera superstición, las minas fueron espacios vetados para ellas. “Las condiciones laborales bajo tierra han mejorado significativamente, pero todavía el número de mujeres es comparativamente bajo”, indica Traud.

Sin embargo, cada vez son más en tareas de producción en la superficie y otras actividades. “Hoy tanto en puestos directivos como ejecutivos se emplean mujeres, así como en la enseñanza en escuelas. Especialmente en los puestos de supervisión no veo ninguna razón para un dominio masculino”, agrega el experto.

Más y mejores profesionales

“Los recuerdos más anecdóticos en lo que se puede considerar discriminación en el sector geominero son de mis días de estudiante de pregrado en la entonces Alemania Occidental”, recuerda la geóloga Ursula Kelm. “Al inicio de los 80 las estudiantes geólogas no podían bajar a una mina de sal, o una universidad enviaba a las postulantes una hoja advirtiendo del mundo masculino al cual estábamos por exponernos”, agrega esta profesora de la Universidad de Concepción, en la zona centro-sur de Chile.


Desde el ámbito académico, Ursula Kelm ha sido testigo del desarrollo minero en Chile desde 1990: “Hace 15 años probablemente hubiera dicho que la minería era un área de predominio masculino, con algunas tímidas aperturas para el ingreso de mujeres. Sin embargo, por la importancia económica que reviste para Chile, en particular el cobre, y con el afán de atraer a los mejores profesionales, las empresas de la mediana y gran minería han mejorado mucho sus condiciones laborales”.

“Personalmente siento que la incorporación de la mujer en las profesiones mineras no depende tanto del mundo minero mismo, como de la sociedad que las alberga”, añade Kelm. En su opinión, Chile es en muchos aspectos una sociedad conservadora, donde se espera que la mujer, además de su rol como profesional, cumpla como organizadora de la casa, cuidadora de los hijos y esposa.

¡Bienvenidas mineras!

“Tan solo el año 1996 se les permitió a las mujeres trabajar en faenas subterráneas”, afirma Ricardo Rodríguez, ingeniero del Ministerio de Minería chileno. Actualmente, cerca de 18 mil mujeres se desempeñan en esta industria en el país. Esto es un 8 por ciento de la fuerza laboral del sector, el doble de lo registrado hace ocho años. De ellas, el 88 por ciento cumple funciones operativas, el 10 por ciento de supervisión y el resto está en áreas administrativas, ejecutivas y directivas. Durante 2012, el 20 por ciento de las nuevas contrataciones de la estatal Codelco fueron de sexo femenino.

Ante el crecimiento de la industria, Chile ve con preocupación que en la próxima década habrá un déficit de 65.000 trabajadores en minería, ante lo que el Gobierno ha lanzado un plan de reclutamiento y capacitación femenina. “La cuestión de si la minería es un ámbito laboral para las mujeres en la mayoría de los aspectos ha sido superada por los hechos”, reflexiona Ursula Kelm.

“Hay una avalancha de mujeres en gran parte de Chile que quiere trabajar en minería. Estoy segura que lo harán genial en este rubro. Se capacitarán para poder ser operarias o manejar retroexcavadoras, y además serán un gran aporte para el ambiente laboral”, anunciaba en su momento la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, al lanzar el programa Mujer Minera.

Con formación como operadoras de maquinaria pesada, de camión minero y mantenimiento mecánico, entre otras actividades, hoy están en condiciones de acceder a un mercado laboral con alta demanda de trabajadores y que ofrece sueldos por sobre el promedio nacional. La irrupción femenina está cambiando la cara de la minería y mostrando sus capacidades en espacios nunca antes sospechados.

Contra corriente

Es el caso de Ivonne Herrera, quien con 37 años y 11 trabajando en la industria, es la única mujer en Chile y el mundo que opera una pala electromecánica, una de las herramientas de mayor dimensión en las faenas mineras. Las razones para incorporar mujeres no son sólo llenar cupos disponibles, asegura Ricardo Rodríguez. “Las compañías mineras se han autoimpuesto metas de aumento en la participación de la mujer en su fuerza laboral, debido a que han reconocido los beneficios de contar con más mujeres en sus operaciones y a la fuerte necesidad de capital humano”, explica.
El experto explica que el ingreso femenino se ha acrecentado también por cambios culturales en torno a la imagen de la mujer y también tecnológicos: “Se utilizan maquinarias especializadas y hay una mayor automatización de procesos, los que requieren una combinación de mayores conocimientos, habilidades para el manejo de equipos de alta tecnología y cuidado por las maquinarias, atributos que las mujeres han logrado adoptar con mayor rapidez”.
La geóloga Ursula Kelm estima que, a pesar de los esfuerzos de privados y el Gobierno, “posiblemente las limitantes radican fuera del entorno laboral. Chile tiene en América Latina la más baja participación femenina en el mundo laboral -49 por ciento, comparado con el 70 por ciento en países desarrollados- y los sueldos promedio suelen ser un 37 por ciento más bajos que en el caso de los hombres”.

La minería, insospechadamente, podría ayudar a cambiar esta realidad, abriendo espacios de inclusión e igualdad, también gracias a la cooperación internacional. De hecho, el tema de la incorporación de la mujer en esta industria es uno de puntos de trabajo e intercambio que un grupo de universidades chilenas y alemanas plantearon al fundar el recientemente creado Centro Domeyko para investigación y capacitación en minería.


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